Antes de empezar, debemos saber que una fobia implica un miedo o ansiedad intensa e inmediata por un objeto o situación específica. Por supuesto, una fobia debe ser diagnosticada por un profesional para que sea considerada como tal: Debe presentarse durante 6 meses o más, y debe estar acompañada por una evitación sistemática de todas las posibles situaciones en las que la persona podría toparse con el objeto o situación temida.
¿Por qué decimos que una fobia es limitante?
Vamos a poner un ejemplo práctico de una fobia común: El miedo a los perros.Cuando alguien desarrolla una fobia hacia los perros, no únicamente le tendrá miedo al hecho de interactuar con uno, sino que evitará cualquier calle donde escuche un ladrido de perro o incluso evitará hablar o escuchar la palabra perro. Es posible incluso, que se evite salir de casa para no encontrarse con ningún perro.
Por ello, las conductas de evitación cada vez serán más restrictivas y afectarán a varias áreas de la persona (social, laboral, personal…), limitando progresivamente nuestras conductas.
¿Qué le ocurre a nuestro cerebro?
La amígdala es la parte principal involucrada en este proceso, ya que se encarga de procesar las respuestas de miedo. También está implicado nuestro sistema simpático, del que hablaré en la siguiente entrada del blog.
¿Las fobias son difíciles de tratar?
Las fobias son unos de los trastornos más cortos de tratar, dado que su intervención es sencilla. No tengas dudas de pedir tu cita para solucionarlo cuanto antes : )
