La ansiedad es una respuesta natural ante el estrés, pero, ¿sabías que algunas de nuestras rutinas diarias pueden empeorarla? A veces, las causas no son tan evidentes como parecen. Hoy te comparto algunas actividades y hábitos que, tal vez sin darnos cuenta, podrían estar afectando nuestra salud mental. Algunas ya las conocías, otras tal vez no tanto. Aquí te las enumero:
1. Consumo de alcohol
Aunque el alcohol puede parecer una forma de relajarse, tiene un impacto directo en nuestra salud mental. El consumo de alcohol altera el equilibrio de los neurotransmisores en el cerebro, lo que puede empeorar los síntomas de ansiedad al día siguiente. Así lo señala el National Institute on Alcohol Abuse and Alcoholism.
2. Exceso de azúcar
El azúcar tiene un impacto directo en nuestro bienestar emocional. Según el estudio de Vargas-Zea y Gómez (2016), las personas con niveles altos de ansiedad tienden a consumir más alimentos con azúcar, lo que agrava aún más su estado emocional a largo plazo. Si te sientes ansioso, puede ser útil reducir el consumo de estos alimentos.
3. Saltarse comidas
La falta de comida no solo afecta al cuerpo, sino también a la mente. Saltarse una comida puede elevar los niveles de cortisol, la hormona del estrés, lo que genera más ansiedad y tensión en el organismo, como indica Marcos (2024).
4. Falta de ejercicio físico
La inactividad física está vinculada a un mayor riesgo de desarrollar depresión, y la ansiedad no es la excepción. Incorporar algo de ejercicio en tu rutina puede ser clave para mejorar tu salud mental. Incluso la actividad física ligera puede ser un tratamiento complementario eficaz contra la ansiedad (Mura et al., 2014).
5. Consumo excesivo de cafeína
Aunque la cafeína es una de las sustancias más consumidas en el mundo, su exceso puede provocar efectos negativos. El consumo elevado de cafeína puede provocar insomnio, nerviosismo y excitación, síntomas típicos del cafeinismo (American Psychiatric Association, 2013).
6. Exceso de pantallas
Pasar demasiado tiempo frente a las pantallas, especialmente antes de dormir, puede alterar tu ciclo circadiano. Según Soto et al. (2020), la exposición a pantallas en la noche empeora la calidad del sueño y, por lo tanto, aumenta la ansiedad. Además, el uso constante de redes sociales puede generar malestar emocional.
7. Consumo de alimentos ultraprocesados
Los alimentos ultraprocesados no solo son malos para la salud física, sino que también afectan el bienestar emocional. Estos productos están vinculados a un aumento de los síntomas depresivos y ansiosos, alterando la regulación fisiológica y el control en el cerebro (Sapien Labs, 2023).
8. Beber poca agua
La deshidratación puede tener efectos negativos en nuestra mente. Ganio et al. (2011) han demostrado que la falta de agua puede aumentar la fatiga y la confusión, lo que a su vez incrementa la ansiedad.
9. Exposición constante a redes sociales
El uso excesivo de redes sociales está directamente relacionado con un aumento en los síntomas de ansiedad. El compararnos constantemente con otros, o simplemente el estar expuestos a demasiada información, puede generar malestar emocional (Castillo-Gualda et al., 2024).
10. Malos hábitos de sueño
Un buen descanso es clave para nuestra salud mental. La alteración del sueño, como dormir poco o tener un ciclo irregular, aumenta el riesgo de sufrir trastornos psicológicos, incluyendo depresión y ansiedad (Harvey, 2011).
11. Falta de tiempo al aire libre
¿Sabías que pasar tiempo al aire libre puede ayudar a reducir la ansiedad? Estudios recientes demuestran que estar al menos 20 minutos en contacto con la naturaleza puede generar una sensación de bienestar y disminuir los niveles de ansiedad (Haluza, 2020).
12. Mala organización y falta de rutinas
El caos y la falta de organización en nuestra vida diaria pueden disparar el estrés. Establecer rutinas y mantener una buena organización ayuda a reducir la incertidumbre y la sensación de pérdida de control, lo que a su vez disminuye la ansiedad (Fuschia et al., 2020).
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La ansiedad puede ser un reto diario, pero a menudo tenemos más control sobre lo que la desencadena de lo que pensamos. Identificar estos hábitos es un paso importante para mejorar nuestra salud mental y emocional. ¿Te reconoces en alguno de estos puntos? Si es así, tal vez es hora de hacer algunos ajustes en tu rutina.